Uno de los riesgos que se ha dado en el contexto nacional es el posible retraso de la entrada en el funcionamiento del proyecto Hidroituango, lo que no desea que se cuente en el sistema con la energía que debe producir a partir de 2022. Varios analistas han coincidido en que una sequía fuerte, sumada una demanda al alza, generarían una “tormenta perfecta” que reviviría el fantasma de los racionamientos a partir del próximo año.
Para entrar a ahondar más en la situación del sistema el Ministerio de Minas y Energía se ha encargado de revisar periódicamente el balance energético con la Creg, la Upme y el operador del sistema, XM, que ha sido positivo en términos de que se cubriría la demanda hasta el año 2024, incluidos algunos retrasos en Hidroituango.
Otra preocupación, sin embargo, es la posible alza de las tarifas de energía para usuarios residenciales y comerciales, ya que la falta de entrada de ese y otros proyectos aumentarían la exposición a los precios de la bolsa, en la que subiría el precio del kw / h al no haber cobertura.